En los días que sucedieron hicimos las excursiones que estaban pactadas por el voucher: Cataratas Brasileras, Cataratas Argentinas y Ciudad del Este (Paraguay) y además tuvimos tiempo de sobra para estar juntos y solos, sin que nadie pudiera entrometerse y sin trabajo, solo nuestras almas eran testigos.
El momento tan esperado había llegado, nuestros cuerpos, en la oscuridad amándose, sintiendo cada caricia, cada beso, cada roce, sintiendo el amor que había en el aire y que había llegado con nosotros en ese viaje... nos queríamos con todo el corazón, sabíamos que era muy especial lo que estaba sucediendo porque para ambos llevaba una gran dosis de importancia.
Quizás esta no era la forma de contarlo, quizás debía quedar como un momento privado pero sentía que la historia se iba a perder una parte si no lo contaba. Nuestra primera vez llevaba mucha magia, mucho amor y porque no decirlo también mucho deseo. Estaba tan lindo y hasta colorado se había puesto en algunos momentos, pero debo confesar que la mas tímida fui yo. Para el existía una confianza enorme entre nosotros que hacía que no se pusiera para nada tímido, pero yo aunque sentía millones de cosas por el no podía evitar esconderme bajo las sábanas.
El ambiente era perfecto, noche de luna llena con un cielo lleno de estrellas, mucho calor aunque corría una brisa hermosa y solo se oía el ruido de nuestras respiraciones...
El era el hombre de mi vida... me cuidó toda la noche, me amó hasta que nuestros cuerpos dijeron basta y me abrazó con la delicadeza de los angeles mientras me cantaba para que me quedara dormida...
Aún nos quedaba por vivir mucho juntos, pero ese momento iba a quedar como el mas feliz de mi vida, el momento mas dulce, porque desde ese día ya no quería separarme mas de su lado...
