domingo, 28 de junio de 2009

Triste Despedida

Tiempo después de ese beso lo acompañe hasta la redacción, nose como se había escapado, pero yo sabia que no quería que el perdiera su trabajo por mi culpa.
Mientras mis pasos lentos me guiaban hacia mi casa para ir a buscar a Cleo para llevarla a lo de mi amiga Vero, la lluvia seguía mojándome lentamente. Ya nada tenia sentido, lo único que quería era estar de vuelta y darle la oportunidad a mi Manuel… el estaba saliendo de una relación muy dolorosa y yo quería estar a su lado para que no sufriera tanto.
Cuando entre a casa, Cleo me aguardaba sobre mi cama y en cuanto me vio aparecer toda mojada vino a mi encuentro, ella mas que nadie sabia el lamento que encerraba mi alma. Tomé sus cosas y las guarde en su bolso, no quería que ella sufriera mi ausencia, aunque desde que mi jefe decidió que podía trabajar desde casa somos casi inseparables.
Por suerte no tuve que ir lejos, porque en los últimos meses se había mudado a mi mismo edificio, así que no iba a ser tan traumático para ella, que era como mi bebe…
Una vez que ya sabia que Cleo estaba en buenas manos me dispuse a revisar que tuviera todo para ya salir al Aeropuerto. Me habían dicho que me presentara con unas tres horas de anticipación y eso haría.
El remis ya me aguardaba en la puerta, así que tras colocar las valijas en el baúl me acomodé en el asiento trasero a pensar. Estaba muy triste, demasiado, hasta el punto de llorar y sabia que en cuanto subiera al avión lo haría sin reparos.
Cuando llegué a mi primer destino, me tomé un tiempo para familiarizarme con la idea de lo que estaba por suceder, descendí tranquila, tomé mi equipaje y fui a buscar el cartel electrónico en donde me informaban por que puerta se abordaba. “3 G”, leí en voz alta, con destino a Caracas, Venezuela.
El Portaequipajes no pesaba tanto, llevaba lo mínimo indispensable, porque esperaba estar de vuelta en menos de lo que canta un gallo y en mi mochila de mano, los mismos elementos de siempre: una Palm, un cuaderno para hacer anotaciones, mi notebook, biromes a montones y el celular, entre otros.
Mientras caminaba sentí que algo no estaba bien, despache la valija y ya mas cómoda fui a la confitería a tomar algo antes d abordar, cuando de repente una mano me acaricio el hombro. Inmediatamente me di vuelta y ahí estaba, con los ojos llenos de lagrimas y ya rojos de haber llorado y en ese momento lo abracé con muchísima fuerza como si no hubiera mañana y me besó.
- No podía dejarte ir así, mi Bella…
- Pensé cada segundo en ti después de dejarte en la redacción, corazón
- Te traje un regalo, para que no me extrañes tanto, anda, ábrelo
Tan rápido como pude lo abrí y ahí estaba un osito de peluche con su perfume y que al presionarle una mano se oía un mensaje grabado por el.
- Es muy hermoso! Gracias Cielo, pero no tenías que ponerte en gastos, igual ibas a ser el centro de mis pensamientos
- Me tomé el atrevimiento de ponerle yo el nombre, se llama Manuel, espero que no te moleste
- Aguárdame un minuto, ya vuelvo, le dije y me fui corriendo a la tienda del aeropuerto a comprarle una osita que llevara mi nombre para que me reemplazara en mi ausencia.
Cuando se la di, volvió a emocionarse y al ver la hora me di cuenta que ya debía dejarlo, debía abordar…
- Voy a extrañarte, Bonita, te quiero
- Y yo a ti… Mucho mas

Esas fueron las últimas palabras que oí y tras darle un beso subí a la escalera mecánica que me llevaba directo a mi próximo destino. Sabía que esta era una de las pruebas mas fuertes que teníamos que superar, de esto dependía nuestro futuro.

viernes, 26 de junio de 2009

Bajo La Lluvia

Llegue a casa y cuando me disponía a armar la valija sonó el teléfono, pero no era quien esperaba, era una de las chicas de la redacción para pedirme un consejo, aunque hoy no estaba en condiciones de ayudar a nadie, solo tenia muchas ganas de llorar, mucha impotencia por no haber podido decir que no, por miedo a perder este trabajo y el puesto que tanto me había costado conseguir.
Cleo no entendía nada, yo solo quería taparme hasta la cabeza y desaparecer…
Pasaron un par de horas, mi valija estaba hecha y el avión salía a las 0 horas rumbo a Caracas, allá me aguardaban para llevarme a mi apartamento provisorio…
Yo por mi parte sentía una soledad inmensa, no podía creer porque después de tanto tiempo en la mas profunda de las soledades y justo cuando le había dado a esta vida una segunda oportunidad para ser feliz me pasaba esto. Mi jefe siempre con sus sorpresivos viajes en tan inesperados momentos.
Salí de casa para despejarme, el frío era enorme y solo quería huir, ya que estar en el silencio de casa m ponía aun peor. No pude evitar llorar y aunque la gente pensara que estaba loca, quizás esta vez debía darles la razón… después de muchos meses sentía tener una locura linda: aquella que te da fuerzas para levantarte por las mañanas y que te llena el alma de ilusión. Dejé que la lluvia me bañara por completo, tenia apenas unas horas por delante y no quería volver a casa… así que me senté en esa plaza cerca del trabajo a pensar, cuando de repente sentí que alguien me observaba de lejos; bajo un techo de la galería Judith estaba el, si, el Sr. Manuel.
Nose como supo donde encontrarme, solo se que ya se había enterado de la noticia y al ver que lo había divisado corrió a mi lado. Me abrazo con mucha fuerza, creo que ambos necesitábamos ese instante y luego se quedo mirando fijamente a mis ojos.
- Que pasa, mi Bella? Porque lloras?
- Acaso no lo adivinas? Justo ahora tenia que irme?
- Quédate tranquila, no es tu culpa…
- Podría haber dicho que no, pero no lo hice, entiendes lo que eso significa? Desde que te conocí lo único que quiero es estar contigo; podría sonar un poco loco y repentino, pero así lo siento
- Y yo después de tanto tiempo siento que te quiero, que podría amarte, cuidarte y ten por seguro que a mi me pone tan triste como a ti esto del viaje
- Si me pides que me quede lo haré sin pensarlo, no soportaría perderte
- Bonita, sabes que no podría pedirte eso, porque te conocí siendo una gran periodista y si te pidiera que te quedaras no te dejaría ser… respeto tu decisión, porque se que es la correcta, luchaste mucho por el lugar que hoy tienes, debes hacer lo que sea por conservarlo
- Entiende que sin ti, la vida no tiene color
- Te estaré esperando, te lo prometo; mientras estés fuera contaré los días para tu regreso y no dudes que te extrañaré desde el fondo de mi alma
Nos detuvimos mirándonos aun bajo la lluvia y nuestros cuerpos se fueron acercando hasta fusionarse en un beso…

Un Viaje Inesperado

Esa noche no pude dormir, muchas cosas pasaban por mi cabeza, así que sin pensarlo dos veces me plantee ir a hablar con mi editor.
Al llegar a la redacción sentí que algo había cambiado, el ambiente llevaba otro perfume y en la oficina mi jefe me observaba detenidamente mientras cerraba la puerta de su despacho. Antes de que pudiera emitir una palabra se lo oyó decir que tenia que hablar seriamente conmigo.
La verdad es que eso me asusto bastante, porque yo venia con solo una idea que de a poco se desbarrancaba…
- Myrna, tengo un viaje para vos y se que nadie podría hacerlo mejor, confío en vos mas que en nadie en esta redacción y lo sabes…
- Pero Jefe, no me haga esto ahora… justamente hoy venia a pedirle que me dejara fija en el que era mi escritorio porque encontré una motivación para venir cada mañana…
- Pedido denegado, perdóname, pero ahora te necesito en ese avión que esta partiendo esta noche.
- Esta noche? No podría pasarlo para mañana?
- No, esta noche abordas ese vuelo y no hay nada mas que hablar… vete a tu casa y arma tu valija, te esperan en Venezuela.
Casi entre sollozos salí de su despacho, por mas que me dieran una paga extra no tenia comparación con el dolor que sentía mi alma en ese momento.
Al Sr. Manuel no lo vi, según me dijeron no había llegado aun, pero yo tenia la necesidad imperiosa de verlo, de decirle lo que había pasado y de la nueva misión que me llevaba fuera del país por un tiempo.
Honestamente me hacia mucha falta, nose que es lo que me pasaba, pero no lloraba por tener que irme, sino por tener que dejarlo justo ahora.

jueves, 25 de junio de 2009

Mucho mas que una Comida

En ese almuerzo pude conocerlo un poco mas, nuestros encuentros habían sido demasiado fugaces, hasta el punto de solo compartir un saludo…
Su nombre es Manuel, pero a partir de hoy seria para mi: El Sr. Manuel, no por su edad, ya que era muy joven, sino porque llamándolo así expresaba cierta ternura hacia su persona.
Me la pase observando sus gestos, el movimiento de sus manos, la timidez con la que hablaba, su sonrisa y sus ojos, no quería perderme nada, estaba haciendo una radiografía completa de la situación, pero el problema estaba en que no le preste atención nada mas que a el, la vida alrededor no tenia ninguna importancia para mi.
Cuando salimos del lugar que nos había reparado del frío y en donde habíamos conversado durante media hora porque no quería que por mi culpa el tuviera problemas en el trabajo, me plantee varias cosas, entre ellas que quizás me gustaría volver a la redacción algunas veces por semana para poder compartir mas tiempo y algunos almuerzos y así poder llegar a conocerlo un poco mas.
Me resultaba una persona muy misteriosa, pero no con el mal sentido de la palabra, sino con respecto a que era un tanto reservada debido a la timidez con la que lo había escuchado conversar.
Me contó que tenia un hijo, llamado Gabriel, pero que cariñosamente le decían Gabo, que habían venido desde Venezuela debido a que era muy reconocido en su país y las autoridades de la revista local no podían dejar pasar esta oportunidad en este momento que estaban cambiando personal; el problema es que el no iba a poder tener el mismo puesto que en su país, pero necesitaba cambiar un poco su vida y se lanzó a la aventura.
Ya la Bronquitis esta desapareciendo, me siento un poco mejor… Con el sr. Manuel quedamos en contacto, con la idea de juntarnos en estos días… Por suerte por ahora no tengo en la agenda ningún viaje próximo, así que solo me resta hablar con el editor y ver que le parece mi idea de reincorporarme fija en la redacción varias veces a la semana…

lunes, 22 de junio de 2009

¿Inspiración o Musa? ¿Cuál es la Razón de mi Regreso?

Después de meses de silencio, de aislamiento, de hojas tachadas y borroneadas por las lágrimas y el desuso volví.
Una musa, una razón había vuelto a mi vida para que las páginas de esta novela llamada vida siguiera escribiéndose con la misma naturalidad de antes.
Frío sobre Buenos Aires y sin viajes por el momento a mi alrededor.
Me recupero de una fuerte bronquitis que me tuvo casi en estado de inconsciencia toda la última semana, con grandes picos de fiebre y sin ganas de levantar mi cabeza de la cama o del sillón.
Cleo sigue cerca como compañera fiel y a mi lado la notebook trayéndome las novedades que ocurrían en el exterior de la puerta de mi apartamento.
El trabajo por suerte estaba repuntando, mis notas en las últimas ediciones habían sido las mas leídas según las encuestas planteadas en el home de la revista y la empresa estaba haciendo cambio de personal por gente mas capacitada.
Tiempo atrás en una de mis visitas al editor en jefe me crucé con uno de los nuevos diagramadores, que había llegado con muy buenas recomendaciones y un amplio curriculum. Él no estaba del todo conforme con su incorporación, porque decía que la paga y su puesto no correspondía a alguien de su experiencia, pero yo creo que el destino lo había colocado allí por algo.
Después de algunos encuentros, ya que mis visitas al editor para presentar las notas me tenían varias veces por mes en la redacción de revista, se le ocurrió que lo acompañara a almorzar… en apenas 40 minutos debía estar de vuelta o su cabeza “rodaría” , tal como decía la reina de corazones en “Alicia en el País de las Maravillas”.
Mañana era día de cierre y si bien esta revista era una de las mejores organizadas de la editorial siempre quedaban algunos toques y algunas publicidades que acomodar, nada que un buen diagramador no pueda hacer...