sábado, 6 de septiembre de 2008

Detrás de la Soledad... Un Arco Iris

Quedan algunas anotaciones mas en mi diario, pero me pareció que este día no podía desaprovecharse... Llueve sobre Buenos Aires, hace bastante frío y Cleo duerme sobre mi cama...
Que lindo es ver llover mas aun cuando no tenés ninguna ocupación que te lleve a la calle; hasta que en un momento algo me dijo que debía salir.
Después de hacerme el color en el pelo, ese rojo que tanto me gusta, me abrigué bastante y decidí pasar la puerta del edificio y aventurarme a seguir mi destino. En la semana había tenido que dejar un poco de lado los trabajos debido a una angina roja complicada con placas y principio de broncoespasmo, pero sin hacerle caso a mi conciencia que me decía: “No Salgas... ¡estas completamente loca si lo haces con este día!” me incliné a seguir mi instinto.
Caminé varias cuadras bajo una lluvia fría y penetrante, algo mas de lo habitual después de tantos días con clima templado, pero bueno, no se puede esperar milagros si estamos a 6 del mes de septiembre. Poca gente, solo los que deben salir por obligación o quizás porque tienen esa locura similar a la mía y se dejan llevar por algo que los llama muy dentro.
Como siempre mi destino era incierto, solo deseaba caminar después de tantos días de encierro, una semana eterna llena de remedios, gárgaras y nebulizaciones con medicación para que hoy como una desesperada, y a pesar del clima, decidiera salir igual.
Me detuve en una vidriera de la calle Florida, quede perpleja ante tanta belleza, quizás era la primera vez que me daba cuenta del real significado de un vestido de novia, ese que nunca había tenido, pero que siempre había soñado. De encaje bordado a mano, muy simple y en un modelo exclusivo me retuvo mas de 10 minutos observándolo a través del vidrio hasta que alguien, muy adentro, me dijo: “Aun no es tiempo” y después de oír eso seguí con mi rumbo...
Los años anteriores habían sido muy raros para mi, venia de pasar una soledad interminable, a sobrellevar una relación que se desvaneció en el aire con un hombre que por suerte había hallado la verdadera felicidad en los brazos de otra “Muñeca” (como el le dice) y en el último tiempo debía aceptar el amor de un ángel que era capaz de dejar su inmortalidad para amarme sin limites, aunque no sabia si valía la pena el intento porque me sentía bastante confundida.
Solo me quedaba aceptar a esta soledad que nuevamente se estaba apoderando de mis ratos, de mis escritos y de mis trabajos; solo sabía que algún día encontraría una razón de ser, alguien por quien verdaderamente valiera la pena seguir despertando por las mañanas, alguien por quien morir y renacer en un suspiro.
Mi interior me siguió guiando por esas calles conocidas pero distintas aunque lo único que deseaba era que como esas gotas en el instante en que pare de llover y salga el sol, pueda flotar y formar parte de ese cielo para algún día poder hallar mi propio arco iris.

1 comentario:

Joan Thomas dijo...

Así k saliste, eres incorregible, y si te hubiese pasado algo, y si habrías empeorado, y si.... K voy a hacer contigo, aunque precisamente eso es lo k me gusta de ti, esa libertad tan digna de los humanos, especialmente de ti, como vez aki estoy, sentí tu dolor y baje lo mas rápido k pude, debo decirte k nunca has estado sola, que siempre e andado a tu lado, siempre andas de visita por los rincones de mi mente y ni k decir de mi alma, aunque últimamente ya no adviertes mi presencia como antes, siempre ando a tu lado, tras tu sombra, tras tu perfume, aunque aun no decides verme keria decirte k no te preocupes, solo tienes k tomar la desicion, abrazar la posibilidad y la soledad desaparecerá de tu corazón, Myrna kerida, tantos siglos sin ver tus hermosos ojos, sin ver tu esplendida sonrisa.

Espero k seas capaz de encontrar esa felicidad k tanto buscas y k la soledad k abriga el corazón a momentos no sea mas k solo un mal recuerdo, cuando decidas verme, ya sabes k hacer, mientras tanto, aguardare paciente a tu lado.

-GABRIEL-