miércoles, 12 de febrero de 2014

La Antesala a un Gran Amor

Desperté con el sonido de la alarma; mi Gabriel todavía estaba a mi lado por eso las pocas horas que dormí había descansado en tranquilidad. Fui a bañarme, me alisté, agarré los papeles que me habían solicitado que llevara a la clínica, el bolso en donde tenía las cosas del bebé y mis cosas y así salí a la calle. Gabriel había prometido no dejarme ni un segundo sola, porque estaba con bastante miedo, era una nueva experiencia y aunque quizás esta no la olvidaría jamás tenía que mentalizarme que solo era un momento mas que debía pasar para llegar a eso que me acercaría a mi hijo. Tantos años pensando, tantos años de sueños, de ideas, imaginando como sería ese instante en el que tuviera a mi bebe sobre mi pecho. Quien hubiera dicho que sería de esta forma? creo que ni yo, porque con todos los mal de amores que rodearon mi vida, tantos llantos, tantas decepciones y cuando en realidad encontré a alguien que me da luz, tiene que ser un ángel. Porque habría de pedirle que deje todo por mi? porque renunciar a todo aquello que podría ser perfecto por estar a mi lado? Miles de preguntas daban vueltas por mi cabeza, quizás porque necesitaba no pensar en los nervios que me llevaban casi flotando al sanatorio. Así como prometió, no se apartó de mi lado, me miraba con ojos de amor, de ese sincero que no se ve habitualmente en este planeta, su presencia me había cambiado por completo, me había dado las fuerzas para afrontar todo aquello.

No hay comentarios: