viernes, 25 de junio de 2010

A Orillas del Mar Te Encontré

Caminaba por la orilla del mar, miles de cosas daban vueltas por mi cabeza, solo necesitaba relajarme, el último viaje me había dejado bastante mal porque Cerati no esta para nada bien, fue trasladado en un aeroambulancia a la Argentina para ser atendido por los médicos en el Fleni. Se dijo a la prensa que solo se harán públicos los partes que hablen sobre cambios abruptos en su salud, ya no mas partes diarios como los que se hacían en Venezuela.
Aprovechando que me quedan muchos días de vacaciones, hablé con el editor y se me ocurrió que podía venir a descansar a la costa; se me dio por buscar algún lugar que no haya visto antes, así que Pinamar iba a ser mi destino. Tenía muy buenas referencias, amigos que tenían casa y familiares ahí, así que no me iba a sentir tan sola. Cuando menos lo pensé un agua mas que helada golpeaba contra mis pies desnudos y ahí caí a la realidad de que había estado volando por un buen rato.
La verdad es que de Gabriel no había mas noticias, debido a ello es que no había vuelto a publicar ya que eso me tenía bastante mal, quizás era lo mejor que le podía pasar, antes de que se le castigara por mi culpa; tal como me lo había dicho una vez: “el siempre seria mi ángel de la guarda” y nada podría cambiar eso; en caso contrario no podría perdonarmelo.
Absorta en mis pensamientos estaba… cuando de repente un hombre con una hermosa sonrisa se acerco y me dijo:
- “No sos de por acá, ¿no?”
- ¿Tanto se notaba?, pensé. “No, no soy de por acá, vine un par de días a desconectarme del trabajo” …
- "Ahh, mira vos, bueno, me presento, me llamo Richard y momentáneamente estoy viviendo aquí."
- "¿Cómo momentáneamente?"
- "Si, dije momentáneamente porque aproximadamente, cada 3 años me mudo ya que todavía no encontré mi lugar y me aburro de ver cada día lo mismo"
- "Mi nombre es Myrna y vivo en Capital, por ahora no encontré motivo alguno para tener que mudarme"
- "¿Necesitabas caer a la realidad que viniste con este frío a caminar por la orilla del mar?"
- "Algo así, mucho trabajo gracias a dios en una de las editoriales mas grandes de la Argentina y como si esto fuera poco un editor que confía en mi mas que en otras redactoras... ¿sabes como pesa la cabeza a veces?"

Nos quedamos hablando como si nos conociéramos de toda una vida, el sol cayó tan de repente que cuando nos acordamos la luna ya nos hacía compañía y nuestros pies estaban casi congelados... Pronto todo puede cambiar, quien sabe!

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