Quince minutos fataban para que las 18 llegaran bajo nuestros pies, todo estaba mas que establecido, las cosas pendientes ya estaban hechas, solo me faltaba bañarme, cambiarme y perfumarme, asi valdría la pena que mi Gabriel me hallara y viniera a buscarme con mas ganas.
Cleo no comprendía a que se debía que un sábado, en vez de estar tranquila recostada en el sillón viendo una película o planeando salir a algún lado estaba preocupándome por dejar todo perfecto.
Mientras tanto terminaba de peinarme, ponerme apenas un poco de sombra y delineador en los ojos y brillo en los labios, me puse a preparar un te para tomar con unos alfajorcitos de maicena caseros que había preparado y había guardado en el freezer para una ocasión especial.
¿Que cosa mala podía pasar? la música no paraba de sonar en casa, el celular y la net estaban tan silenciosas como siempre y unos minutos iban a marcar un antes y un después en mi vida; ¿sería cierta o solo una mentira mas? lo único que se es que si era cierta no quería que me agarrara desprevenida para nada, quería y deseaba con todo mi corazón que mi Gabriel me hallara mas hermosa que nunca.
Dieron las 18 en el reloj cucú que había comprado en un remate y de repente oí agitar unas alas en mi balcón, salí y lo abracé con todas mis fuerzas, ahí estaba tal como lo había pensado, venía a buscarme y así no separarnos mas, pero se lo oyó decir:
- "Amor, todo este tema de la predicción del fin del mundo era una mentira, aún no vengo por tí" y se puso a llorar...
- "No tenes idea lo que estuve esperando este momento, mi amor, ya no puedo mas así, te necesito conmigo las 24 horas que tiene el día, que me pases a buscar por el trabajo o llegar a casa y que estes ahí"
- "Solo se que lo que reste de este día y toda la noche me pienso quedar a tu lado, voy a aprovechar que estas tan linda y no dejar de mirarte a los ojos, de abrazarte"
Eso fue lo que hicimos y una lluvia se encargó de cubrirnos con su manto, los ángeles tan tristes al ver que sus personas estaban decepcionadas no pudieron dejar de llorar; tal como mi Gabriel, cuando me explicó que Dios no va a enviarnos un aviso, el fin del mundo va a llegar cuando deba ser, cuando Nuestro Padre crea que es el momento...
Mi Comienzo y mi Fin del Mundo Solo lo deseaba a su lado y era lo único que valía la pena!
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