Estrellas Fugaces Para Compartir

Las cosas con la búsqueda de Elektra no se estaban poniendo fáciles, porque con los datos que me había dado Yahanna no había dado aun con ella, pero lo único que me quedaba por hacer era acudir a aquel amigo que tenia dentro de la policía para que el me ayudara a dar con su paradero. Buscando el numero telefónico halle en esa vieja y gorda agenda teléfonos de personas que me vendría bien llamar para comenzar a establecer nuevas conexiones, lo unico que me faltaba era reorganizarme y disponer de un tiempo para dedicar a cada una y a sus historias.
Pedro Gimenez, ese era mi amigo, trabajaba en el edificio principal de la Policía, el que se encarga de documentacion que esta ubicado en la calle Azopardo muy cerca de Puerto Madero y de Editorial Atlántida.

- Hola Peter!!!! como estas? Necesito hacerte una pregunta... cuando puedo pasar un ratito a verte? Estoy en búsqueda de una persona y tengo algunos datos, pero me falta donde poder ubicarla.
- Hola May, acá estoy trabajando a mil manos como siempre, que te parece si nos vemos el viernes a la hora del almuerzo tipo 13:30? pasame a buscar y de paso me contas en que puedo serte útil.
- Ok, Pete, 13: 20 estoy ahí... nos vemos mañana, cuidate
- Beso, linda, hasta mañana.

La tarde estaba muy linda aunque a las 16 horas hacia bastante calor, 29 grados de temperatura y seguía subiendo. Gracias a dios que tengo una hamaca paraguaya en el balcón de casa, la verdad que en días como estos es cuando mas me gustaría mudarme a una casa que tenga espacio para poner aunque mas no sea una pileta de pelopincho que sirva para remojarme y distenderme un rato; hoy solo me quedaba conformarme con la bañera y las sales.
Cuando salí de bañarme lleve la laptop a la hamaca y en compañía de mis gatitos me dispuse a pasar mis notas, actualizarme en noticias y ponerme al tanto de la vida social de mis amigos y allegados. Justo fue en ese momento en el que un mail que no esperaba llego a mi casilla, quizás hacia mas tiempo que estaba ahí y yo sin poder saberlo. Una postal de Zeth, aquel personaje que para un día muy especial para mi (que crei que yo solo recordaba, aunque por lo visto me equivoque) me había enviado una muy emotiva que me hizo lagrimear un rato, yo sin poder descubrir quien era aunque algo dentro creo que lo conocía, lo sentía, aunque solo me restaba confirmarlo. En esta oportunidad solo era un pedido lo que existía en ese mensaje: “Esta noche mira al cielo entre las 21 y las 5 podes llegar a ver estrellas fugaces” y así tal cual como lo pidio lo hice, sin saber quien era la persona que me lo pedía. Esa noche creo que por primera vez tuve un encuentro con una estrella fugaz y después de leer tantas historias y cuentos sobre ello me anime a pedir el deseo mas loco que tenia dentro. Pero como bien saben, los deseos no se cuentan, porque una vez que alguien lo sabe ya no se cumple y me gustaría mucho poder verlo realizado delante de mis ojos.
Esas estrellas eran meteoros “Geménidas” llamados así porque brotan de la constelación de Géminis y según estudiosos del Planetario Galileo Galilei se iban a poder apreciar de entre 10 a 15 estrellas fugaces por hora y hasta quizás algunas mas.
De a poco algunos de mis sueños se estaban cumpliendo y esto tan mágico de ver al cielo y recordar cosas de un pasado lejano lo hacia doblemente sin igual; me hacia sentir afortunada el hecho de que alguien que no vi jamas me enviara una tarjeta pidiendome que esa noche también fuera especial para mi.