Mucho Más Que Una Caja

El trabajo me agobia pero una vez en casa revisando unos papeles llegue a ese lugar donde hace bastante tiempo no quería buscar por miedo a los recuerdos. En el fondo del placard, cubierta por una manta que hace años no uso porque pincha, encontré una gran caja llena de cartas, de amigos, de historias, de personas que ya no están, una caja que contiene mi vida entera, especialmente la secundaria que es cuando mas cosas nos suceden porque nos ayudan a crecer d golpe; recordé la primera vez que me vino, mi primer beso, mi primer lento, recordé a mi primer novio y también la primera vez que hice el amor.
Vinieron a mi mente millones de canciones e imagenes armadas como un vídeo clip, muchas ganas de llorar que por poco me hicieron ver tan débil que ya dispuesta a cerrar la caja y cuando la colocaba en su lugar me di cuenta que no hay que temerle a los recuerdos sino afrontarlos porque ellos hicieron que uno sea quien es hoy, ellos fueron quienes se encargaron de forjar nuestra propia materia y así sin mas comencé a leer.
Millones de cartas de Alcides llenas de dibujos, llenas de palabras como “Maestra de Vida”, libros con dedicatorias y algún peluche que aun sigue diciendo “Te quiero” forman parte de esa historia que tuve alguna vez.
Cartas de mi bruja preferida, de mi Gaby, la persona que me enseño muchas cosas y que siempre estaba para escucharme cuando yo no sabia para donde correr, cuando yo me veía tan enamorada de mi primer novio que aun sin haber tenido relaciones nunca con el yo quería que el fuera la persona que me acompañara toda la vida, que me diera hijos y estaba dispuesta a enfrentar una maternidad a los cortos 16 años; Cartas de María despidiendose antes de viajar, Fotos de un Viaje de Egresados sin amigas y siendo la burla de todo aquel que pasara y lo mas doloroso, la pagina del diario por el cual me entere que mi amiga Ines había sido asesinada por cumplir una promesa con Dios.
Cuantas cosas que suelen pasar, no? Cuantas lágrimas derramadas por recordar, cuantos sueños escritos en un diario que me había regalado mi madrina y que aun sigue aguardando cumplir, cuantas cosas y cuantos años pueden ser guardados en una caja, cuantas personas siguen ahí esperando ser recordadas, inmortalizadas en un “hola May” o en un “para la mas dulce”.
Se nota que ultimamente no estoy bien, no? Se nota que este mundo del periodismo nos suele hacer famosos, pero a su vez nos demuestra cuan solos podemos estar, por un lado nos da y por otro nos quita lo que mas queremos que es vivir.
Todavía me queda mucho por leer de esa caja, todavía me esperan recuerdos, situaciones y locuras; aun falta por escribir la mejor de las historias, la que me enseño a dejar de llorar, la que me dio las fuerzas para seguir adelante... pero eso es para otro relato...
Mientras me enfrento a tantas sensaciones Gabriel no se aleja de mi lado, mientras que Cleo y Apollo duermen sobre la manta que cubría la caja, por lo visto esa manta era mas útil de lo que pensaba.