Y Ahí Estabas

Cuando terminé en la redacción bajé y ahí estaba esperandome con la mirada fija en mi, ¿estaría pensando cuan loca estaba en invitarlo a caminar? ya no sabía, pero la soledad sentía que me estaba haciendo hacer cosas que en otros momentos por una cuestión de timidez no haría.

"¿Vamos?", le dije y asi salimos a enfrentar la calle...

Hablamos a montones, al parecer no era yo la única que lo necesitaba. Me contó de su accidente, lo duro que había sido la recuperación y las cosas que casi pierde por el tiempo.
Me habló de su familia, de las cosas que había hecho antes de entrar en seguridad en la editorial, me contó sobre algunas cosas que le gustan e incluso de su amor a los caballos. La verdad es que daba gusto oírlo hablar, tenía un conocimiento amplio del mundo y eso en los hombres me parecía una gran cualidad.

Ahí estabamos, sentados en una plaza como dos locos riendonos de la vida y de los obstáculos que se nos iban poniendo día a día, pero que eran los que se habían encargado de juntarnos. Vidas parecidas, con las mismas problemáticas, sueños hermosos, ideales de caminos y fuerza para no caer.

Amante de los dragones y de los anillos, soñador nato; pero mientras yo le contaba un poco de mi, el me decía que antes era como yo, pero que había tenido que cambiar por el dolor que le habían causado.

Mas cerca nuestros caminos estaban, apenas faltaban unos minutos para las doce y el baile de cenicienta estaba llegando a su final... ¿o acaso era el comienzo de una historia de amor? Como sea el me estaba acompañando a casa, pero cuando lo invite a pasar me dijo que preferia no subir para darle espacio a esto tan lindo que estaba comenzando y cuando se iba me saludó con un beso tan cerca de la comisura de los labios que hizo que soñara otra vez.

Un Fin de semana largo se veía por delante, quizás la vida nos junte en algun ratito de esos... solo se, que quería volver a verlo.