Un Fin De Año De Pelicula

Por el fin de año solo pedí felicidad, el amor suponía que llegaría solo y sino que buena seria la compañía de Gabriel o quizás ir a visitar a esa Sirena que conocí en ese viaje donde tuve que alejarme para librarme del stress.
Hoy solo quería olvidar, solo necesitaba descansar en ese semi fin de semana largo que se armo este año con las fiestas y por ello mas de uno se fue el viernes por la tarde y volvió recién el martes a ultima hora; gracias a dios yo había terminado con mis notas antes del viernes y podía darme el gusto de estar panza arriba porque con este calor no se puede ni asomar la nariz a la calle; la ciudad se esta volviendo una caldera y por mala suerte todos estamos dentro; así que lo mejor al menos por estos días era relajarme y hacer cosas que hace mucho no puedo hacer por falta de tiempo como leer, escribir mi diario, bailar y cantar como loca.
Seguía sin novedades de la gente que uno lleva dentro del alma, pero quizás ellos estarían con mucho trabajo y a eso se debía su ausencia.
Justo 10 minutos antes de las 12 sonó el timbre de mi depto, como siempre los gatos eran mi única compañía (y al menos eso me mantenía alegre porque ellos día tras día me demostraban que el amor que yo les daba era recíproco) pero en estas fechas me ponía muy melancólica la soledad y una persona que no esperaba venia tras una hermosa canasta repleta de cosas ricas con el objetivo de vestir la mesa para recibir el nuevo año.
Cuanta falta me había hecho y cuanto me había dolido su partida y aun mas cuando me entere por ese conocido de que lo habían visto con una chica rubia, muy linda en la mesa de aquel restaurante; cuanto había apostado a que esa relación funcionara y por ello hoy creo que el momento de hablar había llegado.
La verdad que cuando lo vi aparecer detrás de la canasta y de hacerlo pasar al comedor de casa, lo único que pude decirle fue : “Volviste” y por un segundo los ojos se me llenaron de lágrimas.
“Si – me dijo- me di cuenta que no quería estar mas lejos tuyo, que los días en tu ausencia son muy tristes, eternos, plagados de recuerdos, de noches y de días mágicos, así que pedí que me cubriera alguien en mi país para poder volar y sorprenderte en un día que creo que era tan importante para vos como para mi”.
Mientras hablaba, yo por mi parte estaba terminando de preparar una noche en la que aprovecharíamos el tiempo para festejar el nuevo año que empezaba y a su vez el reencuentro y el principio de una historia que quizás hoy tuviera nombre propio.
Entre anana fizz, garrapiñadas varias, maní con chocolate, budín sin fruta abrillantada, crocante de maní, frutas secas (con o sin cascara porque dicen que son afrodisiacas) y con el paso de la noche se reemplazo el alcohol por mate (ese que nos unía mas de una vez, mientras trabajabamos hasta altas horas de la noche o bien cuando mirábamos una peli o cuando nos juntabamos a contar anécdotas)
La de cosas que se sucedieron esa noche no podría explicarlo por este medio, lo dejo a libre interpretación del lector (aunque en la facultad un profesor siempre decía que tenemos que contar todo y jamas dejar a que la persona que lee tenga que pensar o deducir); lo que su puedo contar es que su presencia en casa esa noche me demostró que el tiempo es muchas veces quien nos enseña el valor de las personas y que el haya vuelto a mi lado me hacia la mujer mas feliz del mundo.
¿Que mejor forma de comenzar el año si recibís una muy grata sorpresa de una persona que creías que te había olvidado para siempre?