¿Porqué?

¿Porqué estabas tan presente en mi vida? ¿que había pasado en todo este tiempo que desde que nos habíamos reencontrado no te podía sacar de mi cabeza?

Recuerdo todo lo que habíamos vivido, lo breve de nuestro romance, pero lo duradero que había sido en mi alma, las veces que busqué en otros ojos tu mirada, en otros brazos tu calor y en el aire tu perfume.

Te busqué en el tiempo, en el agobio del verano, en las noches de invierno cuando me sentía sola, en la primavera cuando las flores asomaban o en el otoño cuando de a poco nos empezabamos a abrigar para una época de buenas compañías y un mate calentito en casa.

¿Cuántas veces pensé en buscarte?... ¿cuántas? el tiempo es tirano muchas veces y no se detiene ni por ni para nadie y cuando te queres dar cuenta pasaron años y ya no tenes 20, ni vas a la facultad, ni vivís con tus padres.

Mi cabeza trabajaba a mil por hora, no sabía lo que estaba bien y lo que estaba mal, solo quería verte, besarte, abrazarte, que me mires fijo a los ojos y oírte hablar.

Si ya te dejé ir una vez, ¿porque lo haría de nuevo?