miércoles, 18 de noviembre de 2009

Dolor y Soledad

Como todos hoy no tengo un buen día, me siento realmente muy sola… como habrán notado no hablo mucho de mi familia, quizás porque paso tiempo sin verlos, quizás porque prefiero la lejanía a tener que aguantar las críticas y no porque eso sea malo, sino porque a ellos no les gusta mucho mi trabajo y que escriba cada cosa que hago.
Comencé mi escritura alrededor de los 4 años debido a los celos que me causaba tener dos hermanos menores y así de solitaria fue mi vida que prefería apartarme y adentrarme en algún mundo donde pudiera ser realmente yo.
Con el tiempo mi madrina me regaló un diario en el cual comencé a describir mis locuras y mis penas de amor. Nunca fui muy afortunada, me hicieron sufrir bastante y eso debido a que nunca tuve el coraje de ser yo quien lastimara al otro.
Así sobreviví la primaria y la secundaria pensando en los amigos que no tenía y lo llena de sueños que estaba por dentro hasta que un día decidí que mi carrera era el periodismo, porque en el me enseñarían la mejor forma de escribir y no solo eso, sino que también aprendería las técnicas necesarias para tener mi propio libro. ¿Una novela de amor tal vez? ¿O quizás un libro de cuentos infantiles? Algún día todo lo que pensaba se materializaría ante mis ojos sin otro destino que las manos de alguien especial.
Mi primer trabajo fue en radio, en paralelo con varias revistas de una pasantía, a lo cual por mis referencias me quedé colaborando en una de niños y además en una un poco mas especializada. Amaba mi trabajo y ello se me era reconocido.
Sin dudas si pudiera me acostaría y me quedaría todo el día en casa, pero no puedo, así que tomo mis cosas y salgo a la calle en busca del colectivo que me lleve al trabajo, quizás sirva para despejarme, quizás alguna buena noticia me aguarde a la vuelta de la esquina.
Al llegar a la editorial mi jefe me esperaba para conversar conmigo, se me había asignado una nueva tarea, pero me tomó por sorpresa que me entregara un sobre cerrado que me pidió que abriera al sentarme en mi box. La intriga me comía, así que corriendo fui a dejar mis cosas y me centré en el sobre que tenía en mis manos. Era un voucher para que en apenas dos días me vaya una semana de viaje a Cataratas en compensación por el buen trabajo que había realizado en Venezuela. “¿Unas vacaciones a esta altura del año?” nose porque, pero no quería irme, o al menos no sola. Así que tomé el teléfono y llamé a Maxi; que al comentarle comenzó a reírse y me dijo que porque había pensado en el para acompañarme, y le dije la verdad: “porque así lo siento, quiero que vengas conmigo”
Creo que el tiempo para estar juntos había llegado y nos serviría para conocernos mas, el había hecho muchas cosas lindas por mi y habíamos quedado en que pasaría a buscarme a la salida para terminar de arreglar.
“Hoy mas que otras veces lo necesito conmigo, necesito que me abrace fuerte, que me quiera, que este cerca para protegerme y para demostrarme que el mundo no va a poder lastimarme mientras este a mi lado”

2 comentarios:

ZamaniS dijo...

esos días q uno quiere quedarse en la cama todo el día... menos mal q existen las obligaciones.. al menos para mi.

Besos muchooss!

Joan Thomas dijo...

Esos dias grises en que te levantas y sientes que el mundo se la tomo contigo son espantosos, lo unico que quieres hacer es quedarte acostado todo el dia, sin contestar llamadas, sin saber de nadie, respiras por contrato obligatorio, pero lo bueno es, que siempre, siempre, hay una luz, una estrella al final del camino que nos espera para hacer mejor nuestros dias.