Esta es una historia bastante común para los tiempos que corren, pero tiene la singularidad de las verdaderas historias de amor. Los días pasaban y su encuentro se hacía inevitable; él, un poeta de esos que ven hasta el alma de las cosas mas simples; ella, solo una mariposa que lo unico que deseaba era poder hallar la luz del sol, ese que le habian contado, ese que habia leido y estudiado cientos de veces.Se encontraron una tarde de invierno despues de varias idas y vueltas, lo vio en un banco de la plaza, disperso, perdido en sus pensamientos y se propuso llamar su atención. Su revoloteo y sus giros no hicieron mas que encontrar en los lentes de su poeta la inspiración que ella necesitaba para al fin encontrar su luz.La miró como extrañado, como buscandole una explicación a lo que sucedía, pero solo pudo darse cuenta de que esa simple mariposa de alas color naranja, tipico de días de calor, había encontrado en el a su poesía... al motivo por el cual seguir concurriendo asiduamente a esa plaza en su búsqueda.Solo fueron 3 los días en que ella pudo ver la luz en los vdrios de los anteojos de ese hombre, solo 3 ya que el cuarto día llegó y en el banco de su plaza un vacío eterno se adueñó de sus días, de sus tardes y de sus noches.Cual eterna enamorada, la mariposa siguió viendo pasar los días y las estaciones pero ya no mas a su poeta... él, en cambio, llevó el recuerdo de esa mariposa mas allá del tiempo y las distancias y había dedicado su obra entera a su musa. Miles de poemas de amor encerraban su historia, aquella que en apenas 3 días les había dado la fuerza y el sentido para seguir despertando y viviendo a pleno cada día como si fuera el último.
11/09/2007
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